Cuando uno tiene el privilegio de que un artista te diga el qué y el por qué de su obra nos abre inmediatamente un sinfín de posibilidades que nos descubren la riqueza de las diferentes facetas de su vida. Nos está desnudando el alma. Y es que, es a través de la mirada como captamos la esencia del corazón. Nada como la mirada limpia e incorrupta de un niño. Pocos artistas logran captar esto tan bien como Uca. Revelar a través de la mirada de cada personaje que pinta, nos revela las emociones de aquello que evoca la vida del individuo retratado adentrándonos automáticamente en su mundo. A los cuadros de Uca no se les mira… te miran a ti. La frase “Los niños de Dios no están a la venta”* nos abre a través de UNA MIRADA que lo dice todo… el sueño revelado por Dios en un alma que marcará el compás del ritmo al que se encaminan los actos más coherentes de su vida. ¿Cuál es el tu compás ? Descubre el llamado detrás de una exposición llena de miradas que te cautivarán.